El tropezón del Papa se produjo apenas comenzaba la misa en el santuario de la Virgen de Jasna Gora -la más venerada por el pueblo polaco- y Francisco fue rápidamente asistido.
Si bien la situación provocó susto entre los presentes, fuentes Vaticanas confirmaron que el pontífice no sufrió lesiones y pudo continuar con la celebración con total normalidad.
La misa fue celebrada en italiano y traducida en forma simultánea al polaco.